lunes, enero 23, 2006




LAS CONSECUENCIAS DE MIS ACTOS

Quien me conoce sabe que hay un puuuuuuunto en el que la paciencia, la sutileza y el encanto se pierden saliendo el lado oscuro, el directo de voz dura, sin rodeos ni tapujos, mostrando la inconformidad, disgusto o desencanto que me produce el acto, la persona o la palabra. Me transformo, es inevitable, a algunos causa risa a otros enfado o extrañeza.

Al inicio del año cruce ese umbral nuevamente, en esta ocasión la causa fue una cuestión que había tratado de corregir en muchas ocasiones, tal sobresalto tuvo dos consecuencias, la primera, por supuesto mi enfado y la segunda la renuncia de mi vendedor ante la gran llamada de atención que recibió, todo esto vía telefónica, yo no estaba en la oficina.

De la renuncia me enteré a medio viaje y me calló como balde de agua fría, era una luz intermitente que se veía venir desde algunos meses, pero el regaño fue el detonante y así un lunes por la mañana estaba por aquí parado con todos los papeles en perfecto orden, desde el primer memo hasta la ultima factura, quedando muy pocos pendientes.

Le solicité se quedara un par de semanas más para encontrar otra persona y me aplico una dosis de mi propio chocolate “Resuélvelo”, palabra que emitía cuando alguna cosa cuya intervención mía creía irrelevante y así cerramos la conversación poniéndonos a trabajar él y yo como lo hacíamos usualmente desde hace dos años, siendo esta la ultima ocasión.

Tras concluir el trabajo del día hablamos de sus proyectos, ahora tomaría el lugar de su mamá en uno de los negocios, nos despedimos con un fuerte abrazo y los ojos brillando; salio por la misma puerta siendo otro mucho más grande del que había llegado. Y sin duda yo soy otra después de trabajar con él.

Hubo cosas que no debieron ser más fueron, no quito eso del camino, pero hoy pasados esos momentos estoy aquí sentada frente a alguien nuevo, un chico cuyo entusiasmo me encanta, y al cual habrá que entrenar y dar forma en nuestro equipo buscando sus mejores habilidades, desarrollando sus talentos. Y estoy feliz por este cambio, tengo la oportunidad de enseñar a alguien nuevamente, tengo la oportunidad de entrenarme a mi misma en la habilidad de ser paciente y tengo en el que se fue ahora a uno de mis mejores clientes.

Bienvenido Oscar y bienvenido también Ricardo ahora como cliente



3 comentarios:

Anónimo dijo...

PUES MUY BIEN AMIGüTA, BIENVENIDA AL MUNDO DEL ENTRENAMIENTO Y LA PACIENCIA, TE LO DICE ALGUIEN QUE DURANTE OCHO AÑOS A ENTRENADO A NO MENOS DE 12 PERSONAS PARA DESEMPEÑAR UN PUESTO NADA FACIL COMO ATENCION AL CLIENTE, PERO CON EL PASO DE LOS AÑOS TE DAS CUENTA DE QUE EFECTIVAMENTE UNO APRENDE DE ELLOS Y HAY QUE QUEDARSE CON LO BUENO Y LO MALO ECHARLO AL BOTE DE BASURA, Y DESARROLLAR ALGO QUE ES MUY DIFICIL LA PACIENCIA.......
CUALIDAD QUE NO TODOS TENEMOS, PERO BUENO HAY QUE DESCUBRIR HASTA DONDE ESTAMOS DISPUESTOS A DAR, QUE NO SE TE OLVIDE ESA PARTE Y SE QUE TU ERES UN GRAN SER HUMANO QUE PUEDES DAR MUCHO, ASI QUE MUCHA SUERTE CON TU NUEVO INTEGRANTE DE TU EQUIPO DE TRABAJO.

BESOS

Anónimo dijo...

Felicidades!!!

Poca gente lo hace además de ser una idea original debe ser también, muy satisfactoria.

Muchas porras y aplausos desde Chilangolandia...

ESTO ES ACTITUD!!!

Con mucho cariño

Anónimo dijo...

felicidades por aceptar las consecuencias de la expresión de tu enojo y malestar, por manejar con sabiduría el "balde de agua fría que te cayó" y por acoger la nueva oportunidad...
creo que es la manera de seguir construyendo la vida y aprender...
un abrazo